Tengo que irme ya, te dije, en esos momentos que aunque estallara una bomba a tu lado no llamaría tu atención, -lágrimas-.
Abrázame -silencio-, no llores más, déjame marcharme, miraste a la gente que caminaba a nuestro alrededor como si de verdad te interesara, como si quisieras congelar ese momento para no tener que enfrentar lo obvio, -cosa que me pasa a mi más seguido de lo que tú crees-.
Te vi abrir la boca pero el ruido del metro no me dejo escuchar absolutamente nada de lo que dijiste y no se todavía si quería escucharlo, pero sin lugar a dudas lo que hubiese salido de ahí me hubiese retenido, no me iba a dejar irme, por lo que aunque te destruye prefiero no haberlo escuchado, ni siquiera recordaré que en ese momento tu estabas ahí parada con esa cara y esos ojos, cada vez que me mirabas con esos ojos no podía evitar querer apagarlos, tan inocentes, sin idea de nada de lo que en verdad depara el seguir viviendo; conociéndome.
En fin, el metro se va y yo con él...
Adiós.....nos vemos mañana en clases...
miércoles, febrero 06, 2008
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